introducción a la
franquicia
La franquicia es un sistema de desarrollo que consiste en repetir una fórmula de éxito probado. Se trata de un acuerdo mediante el cual una persona física o jurídica (el franquiciador) le cede a otra (el franquiciado) un modelo de negocio, trasladando todo el saber hacer que el primero ha experimentado, puesto en marcha, perfeccionado y desarrollado con éxito. Dicho con palabras más técnicas: la franquicia es un sistema de colaboración empresarial entre personas jurídicas y económicamente independientes por la que una parte (franquiciador) cede a la otra (franquiciado) el derecho de uso y explotación comercial de una marca y de un sistema comercial a cambio de unas contraprestaciones económicas y ligados por un contrato.
Su definición legal es la siguiente:
Se entiende por actividad comercial en régimen de franquicia aquella que se realiza en virtud del contrato por el cual una empresa, el franquiciador, cede a otra, el franquiciado, en un mercado determinado, a cambio de una contraprestación financiera directa, indirecta o ambas, el derecho a la explotación de una franquicia, sobre un negocio o actividad mercantil que el primero venga desarrollando anteriormente con suficiente experiencia y éxito, para comercializar determinados tipos de productos o servicios y que comprende, por lo menos:
Muchos sectores utilizan la franquicia como fórmula de desarrollo, destacando:
Y otras muchas más. Son cada vez más las empresas y los sectores que surgen en franquicia operando en nuestro país más de 1.000 enseñas bajo esta formula.
En estos momentos son más de 1.000 las redes de franquicias existentes en España. Si usted está considerando formar parte de este sistema como franquiciado o también como empresa franquiciadora puede contactar directamente con nosotros haciendo click aquí. Le ayudaremos sin ningún compromiso.
Aunque el término franquicia nació durante la edad media en Francia, este sistema, tal y como lo conocemos hoy en día, tiene su origen a mediados del siglo XIX en Estados Unidos, concretamente en el año 1862. En esta fecha, la compañía I.M. Singer & Co, dedicada a la fabricación de máquinas de coser, comenzó a utilizar esta fórmula empresarial para solventar las necesidades de distribución y cobertura de sus productos.
Así, las necesidades de expansión de la industria del norte del país, triunfante tras la guerra civil, lleva a los empresarios a buscar la colaboración de los comerciantes de otras zonas, dando comienzo la esencia del verdadero sistema de franquicia: la colaboración entre empresarios independientes para la obtención de un fin común.
Con el tiempo, muchas otras compañías empezaron a adoptar este concepto y negociaron concesionarios y distribuidores oficiales. Este fue el caso de varios fabricantes de automóviles, como Ford o General Motors, y de algunas compañías de refrescos, como es el caso de Coca Cola, que acertó a expandirse, en numerosos países, con un sistema y formato equivalentes.
En concreto, en 1929, General Motors recurre a un contrato que favorece el asociacionismo entre la central y sus distribuidores, de forma que se facilita la colaboración entre las partes, al tiempo que ambas mantenían niveles razonables de independencia. De esta forma, la reacción ante las leyes antitrust, tendentes a evitar la integración vertical de distribuidores y productores, facilitó el desarrollo efectivo del sistema de franquicias, de cuya vitalidad y éxito da fe su actual expansión a prácticamente todos los sectores de la economía.
Al tiempo que en los Estados Unidos las empresas tomaban conciencia de las ventajas de este sistema, también en Europa muchos empresarios veían en la franquicia importantes posibilidades de futuro. Así, en Francia, encontramos el caso de los propietarios de la fábrica de lanas La Lainiere de Roubaix, quienes se aseguraron la salida comercial de sus productos creando la firma Pingoüin, a la que asociaron a un gran número de minoristas. Éstos, al firmar el contrato con la matriz, se aseguraban la exclusividad de la distribución de los productos Pingoüin en su zona geográfica.
Sin embargo, no fue hasta después de la II Guerra Mundial, cuando en Estados Unidos se desencadenó un desarrollo masivo del sistema de franquicia, al reactivarse la producción civil. Las empresas necesitaban una rápida expansión por todos los mercados, mientras que un gran número de pequeños inversores e inmigrantes, viéndose en la necesidad de participar en la nueva vida económica de su país, encontraron en la misma una buena solución para buscarse un medio de vida.
Precisamente en los años cincuenta, se inicia el despegue del "fast food", con nombres tan conocidos como McDonald’s, Burger King o Kentucky Fried Chicken.
Numerosas actividades de todos los sectores comenzaron progresivamente a sumarse a este método de expansión de negocios, hasta el punto de alcanzarse, ya en 1988, el medio millón de establecimientos que daban ocupación a unos siete millones de personas, sólo en el país norteamericano.
Del mismo modo, en los años 70 en Europa, debido a la saturación de los mercados, comienza a desarrollarse en toda su plenitud el sistema de franquicia. Ya no basta con tener un producto para lograr el acceso a un mercado, hace falta algo más, una cualificación, una marca, un envoltorio personalizado, un emblema, una idea o un formato innovador y atractivo, y la franquicia cubre todos estos parámetros.
Así, alrededor de la marca como eje central, se constituye el verdadero contrato de franquicia moderno, configurado a su vez con otros conceptos como el de la transmisión del Know-How o Saber Hacer, la asistencia permanente y la formación.
Fuente: Crecer en Franquicia por Eduardo Tormo
Mientras tanto, la franquicia comenzó a implantarse en España a finales de la década de los 60, con la entrada de algunas firmas extranjeras, principalmente de Francia, en el sector del equipamiento personal, y americanas en “fast-food”. Además, poco a poco el propio desarrollo de la distribución alimentaria irá desencadenando la creación de cadenas, que serán el germen de muchas enseñas franquiciadoras. Sin embargo, todo este proceso de asentamiento se prolongará durante más de 20 años y estará marcado por un desconocimiento total de esta fórmula empresarial.
Así, no será hasta la década de los 90, cuando se inicie el verdadero desarrollo de la franquicia en nuestro país. Es entonces cuando surgen marcas conocidas por todos, como: Telepizza, Pans & Company, Imaginarium, Marco Aldany, MRW, Vital Dent, Mango, Merkamueble, Naturhouse y otras muchas más.
De ser un sistema desconocido, pasa en poco tiempo a convertirse en una fórmula empresarial de éxito demostrado. Así, comenzará a producirse una entrada masiva de cadenas foráneas, fundamentalmente francesas y americanas, la aparición de numerosas firmas españolas y un desarrollo espectacular de los franquiciados en el sector de la alimentación, restauración, moda y del equipamiento personal, aunque éste último en menor medida en sus fases iniciales.
Su evolución desde entonces, hasta el momento actual ha venido rodada y los empresarios españoles han sabido aprovecharla. Actualmente, el desarrollo y la implantación de la franquicia en España es ya un hecho y alcanza a todos los sectores de actividad: restauración, alimentación, servicios, moda, viajes, peluquerías, belleza, consultoría o tintorería, son sólo algunos ejemplos. Y basta recorrer cualquiera de las principales calles de las grandes ciudades o los centros comerciales para darse cuenta de su alcance.
En menos de dos décadas nuestro país ha conseguido situarse al mismo nivel que otros mercados de nuestro entorno que tradicionalmente nos superaban, e incluso ha sobrepasado a muchos de ellos. Ya no hay duda de que el sistema de franquicia ha permitido dar un auténtico cambio cualitativo en los sistemas de distribución empresarial, y que seguirá marcando la evolución del mercado durante las próximas décadas.
Fuente: Crecer en Franquicia por Eduardo Tormo
En la franquicia, que es esencialmente la reproducción de un éxito comercial, el franquiciador aporta la experiencia de un negocio desarrollado, probado y experimentado con éxito donde, a cambio de determinadas contraprestaciones económicas, cede la explotación de su marca y de su negocio al franquiciado, transmitiéndole su saber hacer y facilitándole formación y asistencia continuada.
Franquiciar una empresa es una decisión que afecta conjuntamente a la forma de entender el crecimiento empresarial, la visión de la organización y la filosofía de gestión. Pero además es necesario que una franquicia cumpla con estos requisitos, entre otros:
Fuente: Tormo Franquicias Consulting
Existen múltiples alternativas de crecimiento empresarial. La franquicia no es más que una opción más entre otras muchas. No obstante, es la opción de mayor relevancia en el entorno actual de los negocios y la que mejor acogida está teniendo por parte de los empresarios, los emprendedores e inversores. Sus cifras de crecimiento son imparables y continuarán siéndolo como así ha venido ocurriendo hasta la fecha.
Básicamente existen dos formas de hacer crecer una empresa y de desarrollarla en diversos entornos geográficos:
Entre las que encontramos:
La primera exige importantes recursos económicos y financieros, al mismo tiempo que requiere un intensivo esfuerzo en recursos laborales y de gestión. De igual forma, en muchas ocasiones el ritmo de crecimiento no es el deseado, pero genera mayores beneficios y un mejor control de las operaciones.
La segunda implica menores inversiones, menores gastos de explotación y menores costes laborales. Supone también una mayor velocidad de crecimiento. Es en estos momentos la que mayor crecimiento experimenta.
Por ello, entre las opciones de crecimiento a través de terceros, el sistema de franquicia es el que favorece una mayor percepción de la marca y control de las operaciones.
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El sistema de franquicia presenta unas claras ventajas y algunas desventajas tanto para las empresas franquiciadoras, como para cada uno de los franquiciados. Estas deben conocerse y sopesarse con antelación.
En cualquier caso, está creciendo rápidamente en todos los países y se ha consolidado como una fórmula de éxito en casi todos los sectores de negocio. En mercados como el estadounidense, se calcula que supera el 50% del comercio minorista, mientras que en España aun siendo este porcentaje menor, se sitúa en torno a un 18% según Tormo Franquicias Consulting y no deja de crecer.
Por una parte, permite a las pequeñas empresas acceder con rapidez a economías de escala (marca, compras, marketing, etc.) sin necesidad de comprometer grandes recursos financieros. Y por otra, en un mercado cada vez más competitivo y profesionalizado, el emprendedor necesita el apoyo de una marca con respaldo, que le permita hacerse un hueco en el mercado y le garantice mayores posibilidades de éxito en su aventura empresarial.
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Son las acciones que un franquiciador lleva a cabo para apoyar y dirigir al franquiciado en la explotación de su firma. Responde a un concepto dinámico de empresa en curso, y es la base de la relación de confianza entre franquiciador y franquiciado.
Se trata de una cantidad que el franquiciado habrá de abonar para poder adherirse a una red de franquicias. El importe del canon o derecho variará en función de diversos aspectos, como el tiempo que lleve funcionando la red, la rentabilidad que ofrece...
Actúa como un soporte integral en la franquicia, tanto para el franquiciador, como para el franquiciado. Asesora para determinar los objetivos a conseguir y los medios para llevarlos a cabo.
El contrato de franquicia es el documento que firman franquiciador y franquiciado. Constituye la base de la relación y contiene obligaciones y derechos para ambas partes. A través del mismo se transmiten los derechos sobre la marca y el Saber Hacer. Debe ser equilibrado y proteger los intereses por igual de franquiciado y franquiciador.
La enseña es la marca distintiva de la red, a la que pertenecen todos los centros franquiciados adheridos, por ejemplo, McDonald´s es una enseña.
Se denomina así al derecho que se le suele conceder al franquiciado para explotar el negocio que el franquiciador pone a su disposición dentro de una determinada zona geográfica con carácter de exclusividad. En ocasiones el derecho está sujeto a excepciones como la apertura de un centro comercial. También se denomina zona de exclusividad.
La franquicia es una modalidad de distribución y marketing a través de la cual el franquiciador concede a una persona física o jurídica -el franquiciado- el derecho a operar con un concepto de negocio, comercializando un producto o prestando un servicio bajo el formato de negocio del franquiciador y bajo su propia marca, transmitiéndole su Know how o saber hacer.
El franquiciado es el emprendedor/inversor, físico o jurídico, que adquiere el derecho de comercializar un determinado concepto de negocio y todos los métodos inherentes a él, desarrollados por el franquiciador. A su vez, mantendrá vínculos con este último para recibir asistencia tanto inicial como continuada.
Es una persona física o jurídica que ha desarrollado un negocio bajo un método determinado, referente a un producto o servicio, y que busca su expansión a través de inversores a los que otorgará el derecho a operar bajo su marca y con su método operativo y organizativo. El franquiciador prestará una asistencia inicial y continuada a los franquiciados a través del asesoramiento, formación y orientación para el desarrollo del concepto de negocio.
Cantidad en dinero que necesita aportar un franquiciado para iniciar un negocio en franquicia. Engloba las partidas iniciales necesarias para funcionar en el mercado.
Es el traspaso de conocimiento y experiencias por parte del franquiciador hacia el franquiciado, con el fin de estandarizar la operativa de toda la red.
Es el documento donde se desarrollan los elementos del saber hacer del franquiciador. En él también se detalla toda la operativa de negocio, así como la filosofía general del franquiciador para alcanzar el éxito. El manual de franquicia se ocupa de diversas áreas y da lugar a manuales técnicos, de logística, marketing o gestión. Se trata de documentos no públicos, ideados exclusivamente para el uso por parte de las personas pertenecientes a la red.
Acuerdo por el cual un franquiciador concede los derechos exclusivos de franquicia para un determinado territorio a una persona física o jurídica. El acuerdo de masterfranquicia suele utilizarse en el ámbito de la expansión internacional de la franquicia, aunque no es exclusivo del mismo.
Equivale a un pago (fijo o variable), generalmente mensual, del franquiciado al franquiciador. Es una contraprestación por los servicios prestados por la central y por el uso y disfrute la marca franquiciada. Se calcula, habitualmente, sobre el beneficio bruto obtenido por la explotación del negocio.
Es la partida que se paga temporalmente por gastos de publicidad y promociones. Este canon puede ser fijo o dependiente de la facturación que consiga anualmente el franquiciado.
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